Nuestra Tierra, la “Pacha Mama”, “parte superficial del planeta”, “elemento que compone el suelo”, “la muy fértil y abundante”, “nuestra casa” Como queramos llamarla es materia y como toda materia tiene su desgaste y vida útil según el trato que le demos.El objetivo de brindarle a la Tierra el respeto que merece queda circunscripto a floridas palabras, el fracaso está a la vista.Los últimos gráficos estadísticos son negativos. Crece el consumo y por ende la acumulación de desechos. Aumentan las deforestaciones, los cultivos transgénicos y las fumigaciones para obtener mayor producción. Los océanos son “propicios” vertederos. Cuanto más fábricas más emisiones de gases contaminantes… Todo pinta para peor.Existen cientos de acuerdos mundiales para salvar el planeta.¿Salvarlo de qué? De nosotros mismos ya que no paramos de agredirlo.¿Para qué? Para asegurar el mismo disfrute para las generaciones futuras. ¿Cómo colaborar para no continuar afectándolo y siga otorgando contención, recursos y alimento?:Generar menos basura. Reciclar y re-usar todo lo que sea posible. Enterrar lo que pueda servir de abono.No derrochar agua, evitar contaminarla.
Ahorrar electricidad.No quemar papeles, hojas ni sustancias que deterioren el aire.Evitar causar ruidos molestos.No comprar productos que dañan el ambiente.Evitar el uso de vehículos para tramos cortos. Dejar a los animales silvestres en su hábitat.Denunciar la tala de nuestros bosques y las fumigaciones con agro-tóxicos.Valorar lo que tenemos.Ser menos egoístas, pensar en los que vendrán.Hablar con los hijos para que se desarrollen tomando conciencia de cómo colaborar en el cuidado de quién da vida, sustento y albergue.Comenzar por casa es la clave.No se puede remediar lo irremediable pero sí tomar conciencia que salvar el planeta es misión de cada uno de nosotros.
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